Lectura poética en Concepción
Bajo la Higuera reunió las poéticas singulares de Damsi Figueroa, Alexis Figueroa, Natalia Figueroa y Noelia Figueroa, el día miércoles 28 de agosto, en el Punto de Cultura de la Municipalidad de Concepción, gracias a la colaboración de la curadora Carolina Lara. Esta coincidencia ocurrió a raíz de la visita de Natalia, quien vive hace años en Londres, Inglaterra.
A continuación, reproducimos algunos poemas de las poetas mencionadas.
La poeta y el mundo
“Nada de lo que aquí he nombrado es mío”.
Así terminaba un poema.
Lo hallé en un viejo cuaderno
yo misma lo cosí.
El poema mostraba una montaña, un cisne, un lago
un hombre obligándome a abandonar el lugar
—él sí podía estar ahí.
Nada de lo que he nombrado?
Y esta manera de entrar
como a una nueva lengua
a cada sitio?
La palabra es un laberinto?
Y en mi palma la rutahacia otra orilla de río
otra vida de pez
otro corazón — atado a la lágrima?
—ruta por si cae la noche
a las dos de la tarde—
—sendero si llueve y una hoja
es techo suficiente para un pájaro?
—Nada de lo que he escrito?
Y el agua de brújula entre mis ojos
en mi sexo, en mi pecho
desde una calle cualquiera en Londres
hacia una curva del espiral
desde el parque del que me expulsan
acia el rincón de hoja
donde me das la mano?
Natalia Figueroa, poema del libro El gran cuaderno del búho blanco.
VÍRGENES DEL SOL INN CABARET
Impresiones.
Across the sky of América.
María Madonna.
María Madonna.
María Madonna, desciende en ala delta desde el cielo,
mueve sus dos manos, hace “chao”, mientras el viento
le desata las cintas del sombrero.
Lleva blusa transparente, pelo al viento, pantis lila,
falda pantalón de seda y de lamé,
piel tostada por la larga estadía junto al sol.
Gafas pank protéjenle los ojos, un collar de acrílico
adórnale su cuello, guantes con uñas de cristal enfundan
sus dos manos, en las que repartidos brillan anillos
fosforados.
A lo lejos – en el cielo – los ángeles azules la despiden
aferrados a los fierros del motor, a la carlinga,
danzando con sus trajes de astronauta, bailando
contradanzas espaciales,
navegando la ionósfera en hovercrafts a espuma de
champán.
Enseguida escriben todos juntos, con el humo de sus
motores rojos:
“Adiós María bella, incomparablemente hermosa y seductriz”,“adiós perversa criatura de Pier Paolo Pasolini”.
María Madonna entre las nubes baja y baja, como un buzo
de pájaros,
como un submarino de la atmósfera. (Antes de partir le
regalaron,
un canasto lleno de hostias y de pizza, con sabor a
mortadela, jamón y peperami).
A las cuatro de la tarde María Madonna desciende en
ala delta
desde el cielo; con toda calma mueve sus dos manos,
hace “chao”, mientras el viento le desata las cintas del
sombrero.
AlexisFigueroa, poema del libro Vírgenes de Sol Inn Cabaret.
Ternura
Cada mañana despertar Ilumina su pequeño rostro
El canto de pinda
Con suavidad o no, movía el cuerpo de su hermanito
porque a la escuela había que caminar
Sus ojos buscaban la ropa
Un uniforme opaco que la costumbre fue ciñendo en sus cuerpos
y que el juego siempre ensució
Había mañanas en que la madre
arrastraba el cuerpo para atender la hora apurada
Pesaban las horas entre cuatro paredes
Tiempo que nubla el despertar tranquilo
Tiempo usurpado por dios y el amor
La tristeza no habitó más la mañana
el día que la niña inventó una forma de amar sin dios ni tiempo ni apuro
dos tres días hicieron falta
para que las palabras dieran fuerza al acto:
Madre, no te levantes más tan temprano
Yo estoy grande a mis ocho años
Puedo vestirme y vestir a mi hermanito
Puedo prepararnos el desayuno
Y tú dormir o retozar o contemplar un amanecer tranquilo
De la mano de su hermanito, camino a la escuela
sámaras voladoras su juego
las pozas de agua la flor del maracuyá las margaritas
estaciones y mácula en el uniforme
El canto de pinda
La madre colmó sus mañanas
con una costumbre de amor sin dios ni tiempo
Una costumbre que solo el rayo o el aguacero podían suspender
para así convertir la mañana en una cama de abrazos
Noelia Figueroa, poema del libro Tierra negra
Muerte natural
Solo las niñas
Se dan el verdadero trabajo de entender. Colocan
esfuerzos –suficientes-
en la única tarea, que nadie, absolutamente nadie,
jamás les encomendaría.
Una mañana
levantan la cara al sol
y comienzan a intuir la esencia de la vida.
Y por la tarde, y a veces, incluso
antes del medio día
ya han visto la cara de la muerte
sonriente a su lado,
acompañando las labores de la madre.
Prematura es la vida de un verso sobre una página escrita con garabatos
Ellas descubren
que el mundo no está hecho de palabras.
Luego, deben transcurrir años, para que recién puedan expresar
(en palabras)
esa única verdad.
Se les va la vida en aprender a escribir lo incontestable.
Enseguida, se vuelven silenciosas
Y construyen escondites donde no penetran los adultos,
Sus leyes, ni las leyes de la física,
Ni las leyes del dolor,
ni las leyes del sometimiento.
Desde esos mundos compartidos
con insectos y fantasmas
Planean
Planifican
Y logran
-sí- logran comprender.
Ya han visto todo a esos escasos cinco años
desde debajo de una silla,
pegadas al fondo de un ropero,
acurrucadas dentro de un cajón.
ya han descifrado los torbellinos de la existencia,
sus golpes, sus latidos, olas de vida vibrante
palpitando y resonando
en el silencio
de los rincones
y el olor
ese olor a usado y guardado,
a desechado, ese olor a olvido
colma su entendimiento
y ya saben todo de la vida
antes de vivirla
ya entendieron
Damsi Figueroa, poema del libro Signos Vitales
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